Por Mariana Fracassi Lazzarini
Kafka no es para todos. Su obra es oscura y tormentosa, cuesta abordarla. En “Kafka, negro de tan preciso” el Grupo Insomnio concreta el acercamiento mediante el teatro físico. Es arriesgado abordar a un escritor prescindiendo de la palabra, pero en la puesta resulta acertada la elección. La obra sigue la línea de cuatros cuentos, el primero, “Una confusión cotidiana”, es contado con un lenguaje convencional mediante un video clip. Una vez terminado, el quite de la pantalla marca el inicio de otro tipo de relato, más “kafkiano” si se quiere, en donde se hacen presentes los demonios que atormentan en la literatura del creador de “Metamofosis”. Los cuentos son: “El paseo repentino” de donde se toma parte del título de la obra, “Buitres” y “Ante la ley” en donde se utiliza el teatro de sombras. Sólo a fin de identificarlos, Marcos de las Carreras interpreta al protagonista kafkiano, Celina Carbajal es quien surge del capullo, Lorena Gaivironsky quien juega con cuchillo en mano y Julieta Rozenblum quien hace lo propio con una soga. Todos los actores sostienen efectivamente la tensión dramática y tienen muy buen manejo corporal, trabajo conjunto con los directores de movimiento Ana Borré y Laura Buschiazzo. El director Julián Stella maneja muy bien los tiempos y los recursos escénicos, ambos imprescindibles en este tipo de puestas. Pieza fundamental es la música, creación de Ramiro Torreira. El vestuario de Lorena Gairironsky y Jesica Mathieu; los elementos escenográficos de Melina D’Albenzio y Giselle del Corral; y el maquillaje de Roxana Corneli y Nadie Puértolas suman, y mucho, a la calidad del espectáculo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario